Me levanté temprano, varias horas antes. Baje a comprar algo en la panadería de la esquina. Dejé algo de dulce encima de la mesa y el café recién hecho. Puse la nota al lado, cogí las maletas y me fui. Sabía que no podría despedirme de él porque me dolería decirle adiós a alguien que me había hecho feliz, en poco tiempo. Me puse los cascos, cogí un taxi y, mirando por la ventanilla, sabía que echaría de menos esto. Al montarme al tren, una parte de mi, esperaba que apareciese Pablo para decirme lo mucho que me echaría de menos pero, vamos, nos conocemos de dos días. Creo que voy a dormir un poco, el trayecto es bastante largo.
Abro los ojos, aun quedan un par de horas de viaje. Miro el móvil. 32 mensajes de dos conversaciones. Después de ver varios: ¿cómo estás? de parte de mi padre veo una conversación de un número desconocido. Abro la conversación y empiezo a leer.
"Anna. Joder, Anna. Me he dormido."
"Anna, soy Pablo, por favor, contéstame."
"¡¡AAAAAANNAAAAAA!! Dime al menos que sigues viva"
Entre otros mensajes similares.
-"¿No piensas dejar de acosarme ni yéndome?" -le escribí-.
-"Joder, Anna. ¿Por qué te has ido?"
-"Ya sabes el motivo."
-"Gracias, por todo. Eres... tan... distinta."
-"Mañana ya ni te acordarás de mí" -le dije riéndome-.
-"No me olvidaré de ti nunca. ¿Estás ya allí?"
-"Hora y cuarenta y siete minutos, qué ganas de llegar, tengo el culo plano"
-"Yo tengo un remedio infalible para eso ;)"
-"Ya, seguro. Te dejo, que la batería..."
Y apagué el móvil para que me aguantase. Me recogió mi padre en la estación y me preguntó por dónde estábamos, que qué hacíamos allí... Tonterías si supiese todo lo que pasó. Me preguntó por mi hermana, vamos, ni sabía que contestarle. "Todo bien, papá" me limité a decirle. Llegué a casa, a eso de las siete de la tarde y, aun sabiendo lo cansada que estaba, aun sabiendo que a las nueve acaban las visitas en la clínica, tenía que ir.
-Buenos días Sara, ¿cómo va mi madre? -le dije a la recepcionista que, claramente, ya era como una más de mi familia-.
-Anna, cuanto tiempo sin verte. Aunque ojalá y no nos hubiéramos visto, eh. Está bien, ya ha pasado el tiempo más... crítico. Ya sabes. ¿Quieres entrar y verla?
-Sí... -dije con miedo. Odiaba verla aquí, es como si ella... no fuese ella. Todas estas paredes blancas, la gente con la mirada perdida y medio drogada, ¿quién podría recuperarse aquí?-.
-Anna, cariño -escuché de fondo. Ahí estaba-.
-Mamá -dije y la abracé de inmediato-. ¿Cómo estás, mamá?
-Bien, Anna. Estoy bien. Creía que estabas de viaje. ¿Y tu hermana?
-Bueno, a mi no me gustó mucho el ambiente. Ella se ha quedado allí, esta disfrutando mucho, ¿sabes?
-¿Dónde fuisteis?
-Verás mamá, sabes que no puedo decir eso... pero bueno, Barcelona -dije susurrando- pero shhh eh.
-Oh, dios, qué bonito. Y qué lejos.
-Mamá... ¿qué ha pasado?
-Os echaba de menos, cariño -dijo con la mirada totalmente perdida-.
-Podrías habernos llamado, sabes que estemos donde estemos siempre podrás contar con nosotras, siempre.
-Ya he tenido suficiente... -hizo una pausa- vida.
-No, mamá. Tienes que conocer a mis novios y ponerlos firmes, tienes que hacer el traje de mi boda, ayudarme a criar a mis hijos y mimarlos. Eso papá no lo hará, el hará que sean unos machorros -dije riendo y ella hizo lo mismo-. ¿Quién me va a comprar el juego de sábanas si no eres tú?
-Pero, Anna, ¿a quién quieres engañar? Mírate, eres toda una mujer. Podrías con todo eso de más.
-Pero no quiero poder si tú no estarás para reñirme cuando lo haga mal, mamá.
-Te quiero, cariño.
-Y yo, mamá. Mucho. No lo olvides, por favor.
Se acabó la visita y me fui a casa. Me metí en la cama sin cenar, mientras mi padre me reñía por haber hecho eso y miré el móvil. Un mensaje de Carla de cómo esta mamá. Como si le importase algo saber como está. Abrí la conversación de Pablo, sabiendo que estaría trabajando:
"Buenas noches, cuando llegues. Ya estoy en casa, en la mía, en mi cama ya. No sé por qué sentía que debía avisarte de esto. En fin, descansa. Cuando leas esto estarás cansado del trabajo. Yo me voy a dormir. Un beso." -enviar.
Y me fui a dormir. Mañana más, pensé.
No hay comentarios:
Publicar un comentario